Las presidentes mujeres nombran más mujeres en los equipos de trabajo que deben responder a crisis. Y los equipos de trabajo con más mujeres, diseñan políticas públicas con mayor perspectiva de género.
Lo que podría haber sido solo una suposición ahora tiene evidencia científica. Eso, luego de que la cientista política británica Jessica C. Smith analizara la composición y los resultados obtenidos por los equipos de trabajo constituidos en 62 países para enfrentar el Covid-19. La académica de la Universidad de Southampton detalló sus resultados en un paper titulado “Representación en tiempos de crisis: presencia de mujeres en el ejecutivo y la respuesta política a la crisis con sensibilidad de género” y que fue publicado en el Journal of Europe Public Policy.
El artículo examina el impacto de la composición de género del gobierno ejecutivo en las respuestas nacionales a las crisis, centrándose específicamente en la pandemia del COVID-19. En su investigación constató que la escasa representación de las mujeres en los puestos de toma de decisiones de los grupos de trabajo gubernamentales que responden a la crisis dificulta la adopción de respuestas políticas que tengan en cuenta las cuestiones de género. Sin embargo, los países liderados por mujeres tienen una mayor proporción de mujeres en los grupos de trabajo y más probabilidades de tener políticas sensibles al género.
“Esto contribuye a nuestra comprensión de la importancia de la composición del gobierno ejecutivo en tiempos de crisis, tanto para dar forma a las voces presentes en la formulación de políticas, como los resultados de las políticas aplicadas”, explica Smith.
El paper explica que las mujeres solo tuvieron un 25% en promedio de presencia en los grupos de trabajo conformados por los gobiernos para enfrentar la crisis del Coronavirus, y no lograron tener mayor influencia en las decisiones, puesto que la gran mayoría de los cargos eran consultivos y no ejecutivos. Además, se concluyó que en los gobiernos que tenían cargos importantes en el ejecutivo ocupados por mujeres, influyeron positivamente en decisiones con perspectiva de género. “Un país liderado por una mujer tiene un importante, aunque no significativo, efecto positivo en si una política gubernamental tiene perspectiva de género, mientras que una gran proporción de mujeres en todas las fuerzas de trabajo combinadas tienen un significativo, aunque pequeño, efecto positivo”, concluye.
Los autores definen las respuestas políticas con perspectiva de género a la crisis de COVID-19 como políticas que abordan activamente la desigualdad femenina, ya sea dirigiéndose directamente a las mujeres o dándoles prioridad, o indirectamente, dirigiéndose a las industrias dominadas por las mujeres. Estas políticas pueden abordar cuestiones como la violencia contra las mujeres y las niñas, el trabajo de cuidados no remunerado o la inseguridad económica.
