Chile está a punto de alcanzar los 25 ministerios con la reciente aprobación del Ministerio de Seguridad Pública. Este hito no solo lo convierte en uno de los países con más carteras ministeriales en América Latina, sino que también revive un antiguo debate sobre la relación entre el tamaño del aparato estatal y su eficiencia. ¿Más ministerios significan un mejor gobierno? La respuesta no es simple, y la discusión pone sobre la mesa tanto la necesidad de modernización como las prioridades reales de la política pública en el país.
¿Más ministerios, mejor gobierno?
La creación de nuevos ministerios responde, en muchos casos, a demandas ciudadanas legítimas, como ocurre con el Ministerio de Seguridad Pública. Sin embargo, la experiencia internacional y local demuestra que la proliferación de carteras no siempre se traduce en una gestión más eficiente. Más ministerios pueden generar mayores niveles de burocracia, competencias superpuestas y retrasos en la toma de decisiones.
Por otro lado, reducir ministerios tampoco garantiza eficiencia. Países como Argentina y Ecuador han realizado recortes significativos en su estructura gubernamental con resultados mixtos. En Argentina, el presidente Javier Milei redujo el número de ministerios de 18 a 8 como parte de su estrategia para optimizar recursos y simplificar la gestión. Mientras tanto, en Ecuador, Guillermo Lasso consolidó funciones para reducir el aparato estatal de 40 a 20 ministerios. Aunque estas medidas han sido elogiadas por su intención de racionalizar recursos, también han enfrentado críticas por la sobrecarga de funciones y la falta de atención a áreas específicas.
Según un informe de 2020 del Banco Mundial, los Estados más eficientes no son necesariamente los más grandes o pequeños, sino aquellos con instituciones bien diseñadas, objetivos claros y procesos de coordinación efectiva. Países como Suecia y Dinamarca, que tienen menos ministerios que Chile, lideran los rankings de gestión pública gracias a su capacidad de implementar políticas de manera ágil y coherente.
Lecciones para Chile: el mito de la burocracia
En el contexto chileno, el debate no se limita al número de ministerios, sino que también abarca cómo están diseñados y cómo se relacionan entre sí. En el Congreso, el diputado Vlado Mirosevic ha propuesto fusionar carteras como Interior, Segpres y Segegob, argumentando que esta medida simplificaría la gestión gubernamental y evitaría traslapes. Sin embargo, esta propuesta ha sido criticada por figuras como la ministra Carolina Tohá, quien advierte que estas carteras tienen funciones distintas y esenciales.
La oposición, por su parte, ha aprovechado el debate para criticar el tamaño del aparato estatal. Propuestas como la del diputado Johannes Kaiser, que sugiere reducir los ministerios a solo ocho, han sido calificadas como radicales, pero abren una pregunta válida: ¿cuáles son las funciones esenciales que debe cumplir el Estado chileno para ser eficiente y efectivo?
Desacompasamiento con las prioridades ciudadanas
Mientras la política debate sobre la cantidad y funciones de los ministerios, la ciudadanía parece enfocada en otros temas más urgentes. Problemas como las listas de espera en los hospitales, las pensiones y la crisis de las Isapres ocupan un lugar central en la preocupación pública. Sin embargo, estas prioridades no siempre están reflejadas en las discusiones sobre el diseño del Estado, lo que genera un desacompasamiento entre las necesidades sociales y el enfoque político.
La creación de nuevos ministerios suele ser percibida como una solución estructural a problemas específicos, pero la pregunta persiste: ¿es la respuesta más adecuada? Según Marco Moreno, experto en gestión pública, la modernización del Estado no debe centrarse en sumar o restar ministerios, sino en rediseñar su funcionamiento para que sea más ágil, coordinado y orientado a resultados.
Rediseño, no acumulación
El debate sobre el tamaño del aparato estatal chileno no debe limitarse a un tema cuantitativo. Más ministerios no necesariamente implican un mejor gobierno, pero menos ministerios tampoco garantizan eficiencia. La clave está en diseñar un sistema estatal que priorice la coordinación, la agilidad y la capacidad de respuesta ante las necesidades de la ciudadanía.
La creación del Ministerio de Seguridad Pública refleja una respuesta directa a demandas ciudadanas, pero también destaca la necesidad de evaluar cómo se distribuyen las responsabilidades y cómo se garantiza que cada cartera cumpla con su propósito de manera efectiva.
En última instancia, como indica Moreno, un Estado moderno no debe medirse por la cantidad de ministerios que tiene, sino por su capacidad de responder eficazmente a los problemas sociales. La verdadera modernización no está en acumular estructuras, sino en rediseñarlas para que sean eficientes, coherentes y útiles para la ciudadanía.
Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/opinion/columnas-bbcl/2024/12/10/eficiencia-no-cantidad-la-trampa-del-exceso-de-ministerios.shtml